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FUEGO NEGRO
Presentación

Entre el Rajasthan y Uttar Pradesh en la  India del norte, la boñiga hace parte vital  en la relación del hombre con su entorno.  La energía contenida en el desecho, interviene no solo, en el ritual para la cocción del alimento y  en la generación de calor para aliviar el frio invierno, sino también como irrupción de la materia en el paisaje.

 

Como si fuera un juego en esa geografía inmensa, generosa en cultivos y en ganados, sembrada de mujeres que cuidan hijos, de belleza, de trigo y de mostaza, la boñiga es la opción expresiva que acompaña inocente la construcción de plantas primitivas de energía. Son construcciones funcionales, formas básicas que cumplen un propósito de alivio.

Pero al hacerlas con el alma y con las manos, la tentación de hablar con la materia, del amor, o, a Dios, induce a cada uno a construir sus propias geometrías, sus huellas, que vuelven la materia un cómplice, un testigo, una manera de contar y quedarse un poco más hablando con el otro. Entrar en estas formas libres, expresivas, regadas en los caminos de la India, anima al hombre a presentir al otro.

 

Presencias oscuras en las que se establece una estrecha relación -material y simbólica- entre la apariencia formal, que rememora el hogar, el granero, o la ermita primigenios, y la hoguera o el fuego que aguarda en su interior. Sutil co-rrespondencia entre la forma y el significado, portadora de una gran fuerza estética. Notables y elementales apariciones, hechas de desechos, que irrumpen abriendo sentidos al ilímite paisaje.

Con la participación de:

Diana Mejía y Hugo Zapata

India / Colombia, Mayo de 2004

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